Un ser vivo está adaptado a un ecosistema si en él puede aprovechar o soportar las condiciones de ese ecosistema y si puede relacionarse con otros seres vivos para alimentarse, asociarse, reproducirse …
Hay dos tipos de adaptaciones:
- Adaptaciones anatómicas o corporales: es cuando los órganos del cuerpo del ser vivo son adecuados para la supervivencia en su ecosistema. Ejemplos:
- Plantas: Cactus que acumulan gran cantidad de agua en el desierto.
- Animales: Peces con forma hidrodinámica y con aletas para nadar más rápido.
- Animales carnívoros preparados para cazar: garras, tentáculos o colmillos.
- Animales con grandes pelajes o plumajes para adaptarse a climas frios.
- Adaptaciones funcionales o comportamientos: son características del funcionamiento o del comportamiento de un ser vivo que favorecen su supervivencia en el ecosistema. Ejemplos:
- Plantas que cambian según la estación del año: caída de hojas en otoño, florecimiento en primavera...
- Arañas: fabrican telarañas para atrapar insectos.
- Animales que cantan (pájaros) o bailan (insectos) para atraer hembras en época de reproducción.
- Ser humano: utilización de herramientas para mejorar su vida.
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